En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, podríamos pensar que lo más importante para destacar en el mercado laboral es dominar herramientas técnicas o aprender nuevas habilidades duras como programación, finanzas o diseño. Sin embargo, hay algo que nunca podrá ser reemplazado por un software o un robot: nuestra capacidad de comunicarnos, liderar, resolver conflictos y adaptarnos a los cambios. Estas son las habilidades blandas, y cada vez son más valoradas por las empresas.
¿Te ha pasado que en una entrevista de trabajo te preguntan cómo manejas el estrés, cómo resuelves un conflicto con un compañero o cómo motivarías a un equipo? Estas preguntas buscan medir tu nivel de habilidades blandas. Más allá de saber cómo usar un programa o realizar un análisis técnico, las empresas necesitan personas que se lleven bien con los demás, sepan colaborar en proyectos y enfrentar retos con creatividad y flexibilidad. Incluso los roles más técnicos, como los de ingenieros o programadores, requieren una excelente capacidad para comunicar ideas, manejar relaciones laborales y liderar proyectos.
Desarrollar estas habilidades puede parecer difícil al principio, pero hay pasos concretos que puedes tomar. Primero, empieza por conocerte a ti mismo. Haz una lista de las habilidades que crees que ya tienes y las que te gustaría mejorar. Por ejemplo, si te cuesta hablar en público, podrías inscribirte en un curso de oratoria o practicar con amigos y familiares. Si sientes que te falta liderazgo, busca asumir pequeños roles en equipos de trabajo o clubes universitarios donde puedas aprender a guiar a otros. La práctica constante es clave para desarrollar estas competencias.
En la Universidad José Vasconcelos, no solo nos enfocamos en que nuestros estudiantes dominen las habilidades técnicas de su carrera, sino también en que fortalezcan sus habilidades blandas. Por eso, dentro de nuestro Modelo de Experiencia Vasconcelos, ofrecemos certificaciones específicas en áreas como comunicación efectiva, resolución de conflictos y liderazgo. Estas herramientas no solo te preparan para el mercado laboral, sino que también te ayudan a crecer como persona. La próxima vez que estés en una situación difícil en el trabajo o en tus estudios, piensa: ¿Cómo puedo usar mis habilidades blandas para resolver esto? A medida que las practiques, te darás cuenta de su impacto en todos los aspectos de tu vida.